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IreneSaez

Historias de María -15 -

En el pueblo todos se conocían y la mayoría de una forma u otra eran familiares. Si alguna persona mayor se ponía enferma y no tenía familia, la cuidaban entre todos.

Cuando llegaba algún forastero, casi siempre paraba en la taberna. La taberna era una casa del ayuntamiento y se alquilaba, hacía de bar y de tienda. Se vendía un poco de cada cosa y a veces, en vez de pagar con dinero, se cambiaban las compras por otras cosas que se tenían en casa: trigo, cebada, huevos y algún pollo o conejo, aunque estos últimos, abundaban menos. Los  niños compraban cacahuetes, bolitas de anís, caramelos... y por una peseta se daban un pequeño festín. Cuando hacía frío, los niños y los mayores, se reunian los días de fiesta en una casa a jugar a las cartas, y para hacer más amena la tarde, entre todos compraban una gaseosa, galletas, aceitunas o alguna otra chuchería que no costara mucho dinero. Naturalmente los mayores estaban en una casa y los niños en otra.                                                                       

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