CAMPOS DE TRIGO
Cuando voy por el campo viendo los trigos,
recuerdo el pan sabroso que disfrutamos de niños.
Nostalgia y añoranza de aquel pan exquisito,
con amor y trabajo sembrado y recogido.
Amasándolo en casa las manos artesanas,
con amoroso mimo de las madres y hermanas.
El buen fruto dorado de las bellas espigas,
cosechado en las eras los días de la trilla.
Y luego convertido en polvo, blanca harina,
triturado en molino como lluvia divina.
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