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IreneSaez

Historias de María - 26 -

Ya se habían marchado unos cuantos vecinos a las capitales a buscar trabajo, y cada vez que llegaban al pueblo, parecían unos "señoritos y señoritas". Incluso algunas chicas llegaban con pantalones, algo muy llamativo y extraño por aquellos pueblos. A los demás (trabajadores del campo) les daba cierta envidia, sobre todo cuando les contaban, que en las capitales había de todo, y se pasaba muy bien. En el pueblo no había ni cine ni baile. Los dias de fiesta, los pasaban, paseando por la carretera, o jugando a los bolos. Ellos lo pasaban bien porque no tenían otra cosa, pero cada vez se marchaba más gente.

Algunas veces llegaban unos señores de la caja de ahorros, a hacer cine. Subian al ayuntamiento con una cámara, y con una sábana como pantalla, daban reportajes de animales y de otros pueblos. Regalaban cuadernos y lapiceros a los niños, algún libro para la escuela y todos quedaban contentos. Otras veces llegaban comediantes, que también actuaban en el ayuntamiento, la gente acudia y todos se divertian mucho.

Había pasado mayo y los cereales empezaban a cambiar de color. Todos andaban preocupados y rezaban para que no vinieran tormentas o fuertes vientos, que a veces y para su desgracia, dejaban algunos campos arrasados.

El día 11 de junio, San Bernabé, era fiesta. Los mayores contaban, que un año cayó una gran tormenta con granizo por los alrededores, su pueblo se había salvado y desde entonces se guardaba fiesta, en honor al Santo.  

Las cosechas pronto tendrian que ser recogidas, y para ello se afilaban las hoces y dalles o guadañas, se sacaban los trillos y todos los demás aperos para la trilla: palas, horcas, bieldos, bieldas, etc. Se preparaba la era, y ya estaba todo listo para cuando se pudiera segar.

Algunos vecinos compraron máquinas segadoras, con ellas el trabajo se hacía mucho más rápido, y aunque algo se segaba a mano, no era tan dura la tarea. Poco a poco cada vecino fue comprando la suya. Luego llegaron las atadoras, máquinas que facilitaban mucho más la labor, ya que sacaban los haces atados desde la propia máqina. 

Se trillaba con las mulas y los trillos y para separar el grano de la paja, se beldaba con bieldos, Después también se fueron comprando máquinas aventadoras.

Los meses de julio y agosto eran de un trabajo agotador, pero los labradores lo llevaban con alegría, sobre todo si tenían buena cosecha. 

El 7 de agosto era el día de los Mártires de Cardeña, como eran sus patronos se guardaba fiesta, pero al estar la cosecha en todo su apogeo, poco a poco dejó de celebrarse.    

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