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IreneSaez

Historias de María -24 -

Después de la Pascua, empezaban las clases, y todo el pueblo volvia a sus trabajos de siempre. Estos meses eran de mucho ajetreo y todo el mundo andaba azacanado con sus cosas: había que abonar las fincas, sembrar las patatas, las remolachas y limpiar las fincas de malas hierbas. Todas las manos hacían falta y la madre de María también iba a las fincas. Para que María no se quedara sola, le dejaban la merienda en casa de su tia, y pasaba la tarde encantada, junto a sus primos, algo mayores que ella. 

Ese día después de salir de clase quedó con su amiga para ir a por agua a la fuente, llevaban los calderos con su aro, y marchaban, cuando su amiga se paró y dijo: -Mi hermano dice, que igual se va a los frailes.

-Y tú que piensas-, dijo María

-Nada, espero que si se va, esté bien, y venga de vez en cuando a vernos. 

Los hermanos pequeños de su amiga eran también amigos suyos. María los apreciaba y les deseaba lo mejor.

-Pues cuando venga, sabrá muchas más cosas, verás como está contento.

-Espero que sí -comentó su amiga. Y siguieron andando y hablando de otras cosas.   

Por aquellas fechas, decian que se iba a sortear, a los quintos de aquel año. Todas las madres estaban preocupadas, no querian que les tocase a sus hijos hacer la mili en Ceuta o Melilla, porque estaba muy lejos, y era casi seguro, que no podrian volver antes de licenciarse. Por lo tanto no volverían a verlos hasta pasado más de un año.

El padre de María, no había estado en la guerra, pero si estuvo más de tres años en la mili: Contaba haber estado en Pamplona, Almeria, Melilla, Ceuta, Sahara, Marruecos, Tetuán y otros sitios de África, tenía algunas fotografias muy curiosas, que a veces les enseñaba y les contaba sus historias.   

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