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IreneSaez

Historias de María - continuación 23

Pasados los carnavales, la Semana Santa estaba encima (como decía la madre de María) El Domingo de Ramos, iban a misa con un ramito de hiedras, en el pueblo abundaban mucho. A los niños se lo adornaban con caramelos, galletas, rosquillas o alguna pequeña fruta. El cura los bendecía y se dejaban en casa, para "ahuyentar los males" hasta el año siguiente, que se cambiaba por uno nuevo.

Por lo demás la Semana Santa era muy triste. La radio sólo daba noticias y música religiosa, se acabaron los discos dedicados, las novelas y los programas más alegres. No se podía tocar las campanas, y para llamar a la gente a los oficios religiosos, los niños recorrian las calles haciendo sonar sus carracas y matracas de madera, las cuales hacían mucho ruido, y asi todo el pueblo sabía cuando llegaba el cura. La chavalería en esos momentos, lo pasaba en grande.

El Jueves Santo en la iglesia hacían un altar con las mejores colchas de las casas, y los mejores manteles de los altares. tapaban todas las imágenes, con telas de color morado, porque el Viernes Santo, moría Jesucristo, clavado en una cruz. El domingo Jesucristo ya resucitaba, se descubrian las imágenes, se deshacía el altar y las campanas tocaban a Gloria.

Era el Domingo de Pascua y en la misa se hacía una procesión. Los hombres llevaban a Jesús por un lado, las mujeres a la Virgen María, toda vestida de negro, por otro. Se encontraban en un punto y se le quitaba a la Virgen su manto de luto, al tiempo que se le cantaban unos cánticos muy bonitos.

Quítale el manto a la Virgen/ que ese luto es muy pesado/

y no es digno que lo lleve/ que su hijo ha resucitado, etc.

Luego se volvía a la iglesia y se terminaba la misa.

      

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