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IreneSaez

Historias de María 19

María iba a la escuela muy contenta, la señorita les trataba muy bien, y les enseñaba muchas cosas. Un día a la semana, los niños tenían dibujo y las niñas costura. A María le gustaba mucho la clase de costura, sobre todo, hacer punto de cruz y bordar. También le gustaba mucho leer y escribir. En la escuela había unos libros muy bonitos, y hacían la lectura en ellos. Los niños, sólo tenían una enciclopedia, (un sólo libro en el cual estaban todas las asignaturas) 

La escuela era un edificio grande de dos plantas. A la entrada estaba el buzón, en el que se dejaban las cartas para que se las llevara el cartero. Este era un señor de otro pueblo, que recorría unos cinco kilómetros a pie, un par de veces a la semana, por un camino bastante malo lo mismo en invierno que en verano. Arriba estaba el ayuntamiento, y abajo estudiaban los niños. Había una sola clase en la cual, estaban todos juntos, los niños y las niñas. La clase era bastante grande. Delante y colgados en la pared, había un crucifijo, y dos cuadros, eran las fotografias de Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera, que eran o habían sido, los que por aquellos años gobernaban en España. 

Debajo estaba la mesa de la maestra, cerca un armario con libros, dos mapas de España (el físico y el político) y el encerado, en el cual se escribía con tizas blancas de yeso. Había unos veinte pupitres y detrás de ellos, una mesa larga. Al final de la clase había un cuarto en el que se guardaba el serrín, para encender la estufa en invierno. 

A más de uno le amenazaban con encerrarlo en el cuarto de los ratones (como le llamaban) si se portaba mal. Habia unos treinta niños y les tenían clasificados por  edades. Cuando cumplian catorce años se acababa la escuela obligatoría. Algunos niños asistian poco tiempo, porque tenían que ayudar en casa.

Como era una escuelita de pueblo, las maestras duraban poco. Cada año solía llegar una nueva, pero a todas se les acogia con cariño. Vivian en la casa de cualquier vecino siempre que la casa reuniera buenas condiciones. Al final estaban contentas.                                                                                      

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