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IreneSaez

Cuando voy mi pueblo

Siempre que voy a Castrillo, llego con gran alegría,

se ensancha mi corazón, al ver a mi patria chica.

Pero cuando estoy allí, lloro de pena y de rabia,

de pena porque no hay nadie, de rabia porque no hay nada.

Era un pueblecito alegre cuando estaban sus vecinos,

muchos ëramos familia, todos éramos amigos.

Buscando nuevas venturas, todos salimos del pueblo,

fuimos cerrando las puertas, pero otros... las han abierto.

Han abierto nuestras puertas, los amigos de lo ajeno,

se han llevado lo que había, y se han quedado tan "frescos"

no saben esos ladrones, que han robado nuestros recuerdos,

y un poco nuestra memoria, se ha marchado con ellos.

Que piensen esos sujetos, si me estuvieran leyendo,

que Castrillo y nuestras cosas, no pertenecen a ellos.

 

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