Don Quijote y Sancho Panza
En un lugar de la Mancha, Don Quijote y Sancho Panza
se están haciendo los locos para irse de parranda,
toparon en su camino, con un par de chicas guapas,
que entre risas y mil burlas, les dijeron estas chanzas.
¿Donde van vuestras mercedes, con esa facha tan rara,
ese rocín tan brioso, y ese rucio hecho una alhaja?
Si desean señorías, llevar a estas dos criadas,
en mantel serán servidos, buen vino y mejores viandas.
Pero eso si, caballeros, ha de ser a condición,
que se nos dé buena paga y un trato de lo mejor.
Dejénse de fantasías, y vayamos a bailar
a todas las romerías hasta la fiesta acabar,
y acabándose la juerga, podemos ir a cenar
a cualquier venta o ventorro, que exista en ese lugar,
que nosotras, podran verlo, somos de buen trabajar,
pero a la hora de comer, nadie nos ha de ganar.
Ahi queda dicho, señores, si gustasen aceptar,
después de todo lo hablado, pueden ustedes llamar,
a doña Aldonza Lorenzo, vecina de este lugar.
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