A la Virgen del Rosario
Un ramo de flores silvestres, he recogido en el campo,
para llevar a la iglesia, a la Virgen del Rosario.
Clavelinas, margaritas, con ramitas de romero,
amapolas y violetas, con blanca flor de majuelo.
Ramito de pobres flores, hecho con mucho cariño,
lleno de bellos colores, para la Virgen y el Niño.
Están sonando las campanas, que nos llaman al rosarío,
una tarde de domingo, del florido mes de mayo.
Los niños con devoción, terminamos nuestros rezos,
y a la Virgen del Rosario, le decimos unos versos,
Madre que estás en el Cielo y nos ves desde tan lejos,
ayúdanos ahora y siempre, para que seamos buenos.
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