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IreneSaez

La florista

¡Vendo lirios y azucenas! grita la niña en la calle,

va subiendo por la cuesta, sin que le haga caso nadie.

¡Lirios y azucenas vendo! sigue la niña gritando,

por la acera de mi calle, un muchacho le ha parado.

-¿Cuanto vale una azucena?

-Diez pesetas, mi señor,

si lleva media docena, le regalaré, otras dos.

-Te compraré una docena, y quédate las otras cuatro,

las flores son para mi madre, que está enferma en su cuarto.

-Mañana por la mañana, vendré otra vez por aqui,

si viene usted mi señor, le regalaré un jazmín.

Con su cestita la niña va recorriendo las calles,

¡Sigue regalando flores, que ya te hará caso alguien!

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