Frio hasta en el alma.
¡Ay Señor! que maravilla,
dice la buena Tomasa
dando fuego a las astillas.
¡Que felicidad Señor!
En estos días de enero
que a gusto se está al calor.
¡Tengo un hambre que me muero,
pensando en las cosas buenas,
que cuecen en el puchero!
¡Dios mio, que bendición!
ver el pan sobre la mesa,
y el vinillo en el porrón.
¿Y tú, que piensas marido?
¿Yo? Quiero comer ahora mismo.
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