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IreneSaez

Carolina

Carolina, Carolina, la niña de mi vecina,

tiene de juicio muy poco, pero a mí me vuelve loco,

baila sola en la cocina, moviendo su cinturita divina,

y yo desde mi ventana, no me canso de mirarla,

ella sabe que la veo, y se burla de mi deseo,

y cuanto más me provoca, mi corazón se desboca.

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