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IreneSaez

A los hijos no esperados

En mi imaginación no estabas tú

acontecimiento inesperado fuiste,

llegabas sin haberte programado

y sentimientos encontrados me hicieron estar triste.

Venías anunciándome el otoño

sumiste en un mar de dudas a mi alma,

formaste parte de mi laberinto

al tomar posesión en mis entrañas.

Con los brazos abiertos recibimos

la maravilla de tu preciosa carga,

naciste chiquitito y sonrosado

y mis dudas, se cambiaron por amor y calma.

Trajiste de equipaje

la noche en tu pelo,

la miel en tus ojos,

en tu cara el cielo.

El sol y la primavera

contigo en mi casa entraban,

y mudaba mi tristeza,

por ilusión y esperanza.

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